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Lunes, 30 de enero de 2012  |  NÚMERO 64 Acceda a nuestra hemeroteca
ACTUALIDAD
SERÁ UNO DE LOS PRINCIPALES TEMAS DE LA XII REUNIÓN DE INVIERNO DE SEPAR
La huella genética, clave en los nuevos tratamientos del cáncer de pulmón
Permitirá ofertar un tratamiento personalizado a cada paciente con el fin de mejorar el pronóstico de la enfermedad y su calidad de vida

Redacción. Madrid
El cáncer de pulmón será uno de los temas protagonistas en la XII Reunión Conjunta de Áreas de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), que se celebrará los días 10 y 11 de febrero en Zaragoza. Uno de los aspectos más destacados serán los avances hacia el tratamiento personalizado del cáncer de pulmón a través del análisis genético de las muestras y su repercusión en el pronóstico y tratamiento, en una mesa moderada por la neumóloga Rosa Cordovilla.

Para llegar a terapias personalizadas, lo primero es entender los cambios genéticos que se producen en las células tumorales

El cáncer de pulmón es uno de los más agresivos y el que causa un mayor número de muertes seguido del cáncer colorrectal. A nivel mundial, es la primera causa de muerte por cáncer entre los hombres y también entre las mujeres superando incluso al cáncer de mama. En España se diagnostican alrededor de unos 20.000 casos anuales y es la causa de la muerte del 8,3 por ciento de los españoles (uno de cada 12 hombres fallece por un cáncer de pulmón en España) y del 1,3 por ciento de las mujeres. En nuestro país mueren más personas a causa del cáncer de pulmón que de cáncer de mama, de colon y de próstata juntos, siendo la supervivencia global del cáncer de pulmón a los cinco años de apenas un 15 por ciento de los pacientes.

La respuesta a esta agresividad por parte de los profesionales de la salud se halla en la búsqueda de nuevas estrategias contra el cáncer a través de “tratamientos personalizados” para cada paciente según sus características genéticas. Se trata de identificar las “huellas genéticas” en las células cancerosas de los pacientes y proponer un tratamiento específico en función de las características genéticas de la enfermedad, y también de su respuesta al tratamiento farmacológico, consiguiendo mejorar la supervivencia y minimizar los efectos secundarios, con la consiguiente mejora en la calidad de vida.

“Generar a tiempo y con todo detalle, no solo información sobre el cáncer sino sobre los factores que influyen en la respuesta al tratamiento, permitirá ofertar un tratamiento personalizado a cada paciente con el fin de mejorar el pronóstico y la calidad de vida, al mismo tiempo, que se reducen las terapias ineficaces y los costes que se derivan de las mismas”, explica Cordovilla.

Para llegar a los tratamientos personalizados, el primer paso es entender los cambios genéticos que se producen en las células tumorales, que dependen del tejido de origen, del tipo de cáncer y del azar. A partir de esta información, el segundo paso es diseñar un fármaco específico para “corregir cada uno de estos fallos que encontramos en el genoma de la célula cancerosa”, indica la neumóloga. Finalmente, habrá que buscar en el ADN del paciente las pistas que permitan determinar su sensibilidad a diferentes compuestos, para escoger los más efectivos.

En los últimos años, se han hecho avances importantes gracias a las importantes mejoras en las técnicas que permiten leer los genes de las células. En la actualidad, el cáncer de pulmón de células no pequeñas (Cpcnp) se puede clasificar en distintos tipos en función de las alteraciones genéticas del tumor. Para cada uno de estos tipos ya se pueden administrar tratamientos personalizados específicos dirigidos contra dichas alteraciones. Así, hay dos tipos de alteraciones genéticas tumorales y dos tipos de tratamientos orales específicos contra ellas que ya han sido ampliamente contrastados.

En primer lugar, la mutación del gen EGFR que se encuentra en el 16 por ciento de la población occidental y más frecuentemente en pacientes mujeres, no fumadoras, asiáticas y con adenocarcinoma de pulmón. Esta mutación predice la respuesta a un tratamiento denominado inhibidor de tirosina quinasa de EGFR. Diversos estudios han demostrado que en pacientes con cáncer de pulmón de células no pequeñas y mutación del gen EGFR en el tejido tumoral, administrar dicho tratamiento mejora la supervivencia y mantiene una buena calidad de vida.

Por otro lado, se ha descubierto que entre el dos y el siete por ciento de pacientes con cáncer de pulmón de células no pequeñas presenta otra alteración genética que consiste en un reordenamiento y fusión de dos fragmentos del cromosoma 2 (ALK y EML4). Es más frecuente en pacientes varones, jóvenes, no fumadores y con histología de adenocarcinoma. A este tipo de pacientes se les está administrando un fármaco oral que inhibe esta alteración genética y prolonga la supervivencia.

“Ambos tratamientos son administrados por vía oral, son muy específicos y, por lo tanto, son mejor tolerados ya que tienen menos efectos secundarios que la quimioterapia clásica”, apunta Cordovilla. Estas nuevas estrategias personalizadas están consiguiendo mejorar la supervivencia y minimizar los efectos secundarios, con la consiguiente mejora en la calidad de vida de los pacientes.
 

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