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Viernes, 29 de abril de 2016  |  NÚMERO 81 Acceda a nuestra hemeroteca
PROYECTO DE LA SOCIEDAD VASCO-NAVARRA DE PATOLOGÍA RESPIRATORIA
La enfermera de práctica avanzada mejora el autocuidado del asmático
Su papel en las unidades de alta especialización de asma es crucial para la adherencia al tratamiento
Sandra Melgarejo. Madrid
La Sociedad Vasco-Navarra de Patología del Aparato Respiratorio (Svnpar) cuenta con tres unidades de alta especialización de asma, dos en el País Vasco (una en el Hospital Universitario de Cruces, en Barakaldo, y otra en Hospital de Galdakao) y una en la Comunidad Foral de Navarra (Complejo Hospitalario de Navarra). Las dos unidades de Vizcaya están acreditadas con categoría de excelente por la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), y la de Navarra está pendiente de adquirir la acreditación durante este año.

El equipo de la Unidad de Alta Especialización de Asma del Hospital Universitario de Cruces.

Como explica Nerea Zabala, enfermera de Hospitalización del Área de Neumología y Cirugía Torácica del Hospital Universitario de Cruces y miembro del Comité de Enfermería de Svnpar,  “estas unidades surgen de la necesidad de controlar a pacientes con asma de difícil control y que, por sus características, requieren una atención y un control especiales”. Para ello se involucra un equipo multidisciplinar que trabaja de forma habitual con estos pacientes y que está formado por personal de Enfermería formado en asma y en técnicas de evaluación de función pulmonar, neumólogos, alergólogos, otorrinolaringólogos, pediatras, psiquiatras y psicólogos.

En la actualidad, la historia clínica electrónica agiliza la actividad asistencial, ya que permite disponer, de forma prácticamente inmediata, de toda la información referente al paciente: resultados de pruebas, organización de sus citas, etc. “Además, la inclusión de programas informáticos dentro de la historia clínica permite medir e incluir rápidamente los resultados de los diferentes test empleados en la consulta (formularios de síntomas, de adherencia al tratamiento, educación en asma, manejo de inhaladores, etc.), entre lo que destaca la posibilidad de acceder a todo el registro de farmacia y conocer el tratamiento activo del paciente, su gasto farmacéutico y el porcentaje de adherencia al tratamiento en relación a dicho gasto”, detalla Zabala.

La consulta de Enfermería dispone de un programa estructurado de educación terapéutica, que constituye un elemento más en el tratamiento. “El objetivo es transmitir los conocimientos adaptados a las necesidades del paciente en un lenguaje accesible, para que sea capaz de adquirir las habilidades que le permitan adecuar el estilo de vida a su estado de salud”, explica la enfermera. De esta forma, afirma Zabala, “se consigue una mayor implicación del paciente en el autocuidado y mayor seguridad y cumplimiento terapéutico, lo que reduce el riesgo de exacerbación y mejora su calidad de vida, además de reducir costes sanitarios”.

En estas visitas, el personal de Enfermería realiza monitorización de PEF (flujo espiratorio pico) para incorporarlo al plan de autocuidado que se basa en síntomas correctamente identificados. “Entregamos al paciente un plan de acción por escrito, adaptado y consensuado. Cada visita a consulta es una oportunidad para revisar los conocimientos y habilidades adquiridas del paciente y comprobar la técnica de inhaladores, para reforzar la educación en el manejo y hacer un uso correcto de estos dispositivos –procuramos siempre que estén adaptados a las necesidades y preferencias de los pacientes–. Además, les recordamos medidas higiénicas y obtenemos datos sobre el conocimiento y el grado de satisfacción del paciente”, detalla Zabala. “Esto es lo esencial para conseguir una correcta adherencia al tratamiento porque sabemos que el uso incorrecto de la terapia inhalada conduce a un peor control del asma”, añade.

La enfermera concluye que los recursos asistenciales, humanos y técnicos de estas unidades permiten “un mejor diagnóstico, establecer intervenciones adecuadas al perfil de los pacientes, aumentar la adherencia al tratamiento, optimizar el control de la enfermedad y mejorar la calidad de vida del paciente”. En definitiva, Zabala afirma que “las unidades especializadas de asma de alta complejidad permiten el manejo y atención integral de pacientes con perfil de alta severidad”.

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