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Miércoles, 23 de diciembre de 2015  |  NÚMERO 77 Acceda a nuestra hemeroteca
PERJUDICA EL DESARROLLO PULMONAR DE LOS RECIÉN NACIDOS
La contaminación causa 3,7 millones de muertes prematuras al año en el mundo
Aumenta el riesgo de ictus, cardiopatías, cáncer de pulmón y enfermedades respiratorias
Redacción. Madrid
Anualmente, los contaminantes presentes en el aire, como el material particulado, el ozono, el dióxido de nitrógeno o el dióxido de azufre causan 3,7 millones de muertes prematuras en todo el mundo. Estas cifras convierten la contaminación del aire en la primera causa ambiental de muerte y enfermedad, y en la novena causa absoluta por delante del colesterol o la falta de ejercicio físico. A pesar de estos datos, la Comisión Europea ha decidido que los vehículos diesel puedan doblar sus emisiones contaminantes hasta 2019 y más allá de ese plazo, la flexibilidad se limite al 50 por ciento. Reino Unido y Alemania han liderado esta posición junto con otros países con industrias del automóvil como Italia, Francia, España y Suecia. En Europa, 400.000 ciudadanos mueren de forma prematura debido a la contaminación del aire.

Carmen Diego coordina el Área de Medio Ambiente.

“La contaminación del aire tiene un impacto muy preocupante en niños. La exposición durante el embarazo a dichos contaminantes aumenta el riesgo de padecer infecciones de las vías respiratorias inferiores y otitis a la edad de un año”, afirma Mireia Gascón quien, junto con Jordi Sunyer –ambos investigadores del CREAL (Centre for Research in Environmental Epidemiology de Barcelona) y del Ciber de Epidemiología y Salud Pública– firma un editorial en este sentido en la revista Archivos de Bronconeumología de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ). “También se ha observado que el peso del bebé al nacer puede disminuir a causa de la exposición a la contaminación por tráfico en la etapa prenatal, con las consiguientes implicaciones sobre el desarrollo pulmonar”, añade.

Aunque se considera que el aire limpio es un requisito básico de la salud y el bienestar humanos, su contaminación sigue representando una amenaza importante para la salud en todo el mundo. “La mejora de la calidad del aire debería estar en las agendas políticas de todos los países. Como profesionales de la salud y como sociedad científica debemos asegurar una mejor calidad de vida a todos nuestros conciudadanos, especialmente a los niños y niñas, ya que son la población más sensible a la exposición a estos contaminantes ambientales”, asegura Carmen Diego, coordinadora del Área de Medio Ambiente de Separ. “Los neumólogos y los profesionales de la salud respiratoria, en general, instamos a las autoridades competentes a que reconsideren la decisión de aumentar los niveles permitidos de contaminación del aire. Asimismo, exigimos a las respectivas autoridades locales que implementen las medidas adecuadas para que se cumplan criterios de calidad del aire que ayuden a proteger la salud”, añade.

La contaminación ambiental tiene un fuerte impacto en la salud respiratoria de los niños y en el correcto desarrollo de sus pulmones. A nivel mundial las infecciones respiratorias agudas representan el 20 por ciento de las muertes anuales en niños menores de cinco años, siendo el porcentaje mayor en los países en desarrollo donde los niveles de contaminación del aire son mucho mayores que en Europa. Asimismo, la exposición a aire contaminado es un factor de riesgo relacionado con la aparición de enfermedades respiratorias crónicas, como la EPOC, a largo plazo.

En los últimos años varios estudios han confirmado que una exposición alta a los contaminantes presentes en el aire aumenta el riesgo de padecer accidentes cerebrovasculares, cardiopatías, cáncer de pulmón y enfermedades respiratorias crónicas y agudas, como el asma. Asimismo, cabe destacar que un 14 por ciento de las muertes causadas por la contaminación del aire son debidas a problemas respiratorios. “Todos los resultados recogidos hasta el momento demuestran el alto impacto de la contaminación del aire sobre la salud respiratoria. Un impacto que no debería pasar desapercibido ya que puede tener importantes consecuencias en nuestra sociedad a corto y largo plazo. Es por ello, que necesitamos el apoyo de las autoridades competentes para iniciar las acciones necesarias con el fin de proteger la salud respiratoria de las generaciones futuras”, concluye Diego.

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