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Viernes, 30 de septiembre de 2016  |  NÚMERO 85 Acceda a nuestra hemeroteca
PRIMER ESTUDIO MULTICÉNTRICO PROSPECTIVO
La apnea del sueño, relacionada con melanomas más agresivos
Las futuras líneas de investigación examinarán el efecto a largo plazo de la CPAP en estos pacientes
Redacción. Madrid
El síndrome de apneas-hipopneas de sueño (SAHS) se asocia con un incremento de la agresividad de los melanomas cutáneos malignos. Así lo demuestran los resultados del primer estudio prospectivo multicéntrico que analiza la relación entre los desórdenes respiratorios del sueño y el cáncer. Este estudio es una investigación realizada por neumólogos expertos del Programa de Investigación en Sueño de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ) junto a la Universidad de Chicago, y que ha contado, además, con la financiación del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), dependiente del Ministerio de Economía y Competitividad.

Miguel Ángel Martínez García.

“La presencia de una apnea del sueño en un paciente con melanoma conlleva que este tenga el doble de posibilidades de que su melanoma sea de mayor agresividad que en pacientes que sufren melanoma pero sin apnea del sueño”, explica Miguel Ángel Martínez García, neumólogo e investigador principal del estudio. Este especialista ha presentado los resultados de la investigación en el Congreso 2016 de la American Respiratory Society (ATS) y en el de la European Respiratory Society (ERS). Asimismo, su aportación científica ha recibido el Premio Oro entre las comunicaciones presentadas en el 49º Congreso Nacional de Separ, celebrado en Granada. “Cuanto mayor es el grado de severidad de la apnea del sueño, mayor parece ser el grado de agresividad del melanoma. En este sentido, en pacientes con melanoma cutáneo resulta clave realizar un diagnóstico y un tratamiento adecuado y adaptado al perfil de este tipo de pacientes”, añade.

El estudio cuenta con la colaboración de investigadores de 30 centros hospitalarios que forman parte del Grupo de Sueño de Separ junto con la Universidad de Chicago y ha integrado a 443 pacientes que sufrían melanoma cutáneo maligno. La asociación entre la apnea del sueño y la agresividad del melanoma parece ser más intensa en gente joven, de menos de 55 años, que en pacientes mayores de 55 años. La causa de este fenómeno todavía es desconocida. “La relación entre la apnea del sueño y las enfermedades cardiológicas, así como los accidentes cardiovasculares, está ampliamente establecida y evidenciada clínicamente. En este sentido, los resultados del estudio apuntan que también podría existir una relación entre la apnea y el cáncer ya que los pacientes diagnosticados con cáncer más agresivos presentan una prevalencia y severidad de apnea del sueño más alta”, asegura Martínez García.

Dado que se han obtenido muestras sanguíneas y de biopsias de todos los pacientes incluidos, en estos momentos se están analizando diferentes factores que puedan ayudar a comprender cuales son las vías fisiopatológicas que explican los resultados clínicos alcanzados. Según Martínez García, “los resultados preliminares en este sentido son bastante esclarecedores y apoyarían la idea de que esta relación entre la apnea del sueño y una mayor agresividad del melanoma realmente tiene fundamentos fisiopatológicos”.

Los pacientes con melanoma presentan una frecuencia de apnea del sueño mayor que la de la población con las mismas características demográficas. Sin embargo, parece afectar por igual a hombres y mujeres y su presencia es independiente del índice de masa corporal, del tipo de piel, la exposición solar u otros factores de riesgo relacionados con el melanoma. A pesar de la asociación encontrada, eso no significa que todo paciente con apnea del sueño vaya a desarrollar un cáncer. “Para una adecuada prevención, la gente que ronca o que tienen somnolencia diurna deberían visitarse con un neumólogo, particularmente aquellos que tienen otros factores de riesgo de cáncer o que están diagnosticados de cáncer”, afirma Martínez García. “Dermatólogos, cirujanos y oncólogos también deben preguntar a sus pacientes sobre síntomas potenciales y realizarles estudios de sueño si estos presentan la clínica característica de la apnea del sueño”, añade.

Los investigadores se centraron en el estudio del melanoma cutáneo porque puede observarse y medirse con mayor facilidad que otros tipos cutáneos y porque estudios previos en animales e in vitro habían demostrado que este tumor podría tener una mayor sensibilidad a la hipoxemia intermitente característica de la apnea del sueño. El grado de agresividad fue determinado mediante el uso de medidas debidamente validadas, como son los índices de Clark y Breslow, así como otros marcadores procedentes de biopsias y de extensión del melanoma (afectación del ganglio centinela).

No obstante, este estudio es solamente el primer paso y se requieren más investigaciones antes de poder establecer recomendaciones para la población general. “Las siguientes líneas de investigación se centrarán en seguir a estos 443 pacientes para observar si la presencia de apnea del sueño también se relaciona con la producción de metástasis o mala evolución del melanoma o incluso con mayor mortalidad”, explica Martínez García. “Asimismo, queremos conocer si tratando la apnea del sueño con CPAP existe alguna mejora en el pronóstico de estos pacientes”, concluye.

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