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Martes, 28 de junio de 2011  |  NÚMERO 52 Acceda a nuestra hemeroteca
neumología autonómica
JUAN JOSÉ SOLER, EN LA REUNIÓN ANUAL DEL GRUPO DE RESPIRATORIO DE ATENCIÓN PRIMARIA
“Hay que saber diferenciar en el enfermo de EPOC una agudización de una recaída”
El presidente de la Sociedad Valenciana de Neumología aborda el peor pronóstico del “fenotipo agudizador”

Juan José Soler.

Redacción. Barcelona
Los pacientes que sufren dos o más exacerbaciones al año forman un grupo de pacientes que se enmarcan dentro del llamado “fenotipo agudizador”, y podrían necesitar un tratamiento diferencial debido a que presentan un peor pronóstico, una peor calidad de vida y una mayor mortalidad. Esta es una de las conclusiones que aportó Juan José Soler, presidente de la Sociedad Valenciana de Neumología y director del Plan de Salud en EPOC de esta comunidad en el marco de la Reunión Anual del Grupo de Respiratorio de Atención Primaria (GRAP).

El fenotipo agudizador en EPOC es aquel que sufre dos o más exacerbaciones separadas entre sí, al menos 6 semanas en el período de un año. “La inflamación es probablemente el mecanismo subyacente más importante en el paciente agudizador”, explica Soler. Además, señala que estos pacientes “tienen mayor inflamación tanto local como sistémica en relación a los pacientes con EPOC que presentan escasas agudizaciones”. Prevenir estas exacerbaciones en este grupo de pacientes o minimizar su impacto contribuiría a reducir las consecuencias adversas que sufren.

Gravedad y frecuencia de las exacerbaciones

La frecuencia, la gravedad y la duración de las exacerbaciones influyen en la progresión de la enfermedad. El número de crisis respiratorias que sufre un paciente es sumamente importante ya que impacta de forma negativa sobre el pronóstico y sobre su calidad de vida. “Aquellas agudizaciones que precisan asistencia hospitalaria y que por tanto son más graves tienen mayor repercusión sobre el paciente”, afirma Soler.
Además, Soler señala que es importante distinguir una agudización de lo que es una recaída o un fracaso terapéutico. “En ocasiones, el paciente sin estar recuperado sufre un empeoramiento clínico (recaída) y en otras no llega a mejorar en absoluto (fracaso terapéutico). Antes se consideraba esto una segunda agudización, sin embargo es importante reconocer que no es así, y que en realidad se trató de la misma agudización que por algún mecanismo no llegó a resolverse”, indica Soler.

Heterogeneidad en la EPOC

La EPOC es una enfermedad muy heterogénea y por ello, como explica Soler, “no es posible categorizarla utilizando un único marcador de la enfermedad, como el FEV1, sino que su heterogeneidad viene mejor expresada bajo el concepto de fenotipo clínico”, es decir, un conjunto de características de la enfermedad que permite agrupar a los pacientes con EPOC. En función de sus características tendrán una progresión distinta de la enfermedad, distinto estado de salud y distinta mortalidad.

La definición de estos fenotipos en la EPOC podría ayudar a identificar características diferenciales de los pacientes que permitan identificar tratamientos personalizados. Por ello, el futuro inmediato pasa por caracterizar la heterogeneidad de la EPOC orientando toda la estrategia hacia los fenotipos clínicos. “El futuro pasa por personalizar el tratamiento”, apuesta Soler.

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