Redacción. Madrid
España ha participado en el primer registro epidemiológico de hipertensión pulmonar tromboembólica crónica (Hptec) que se realiza a nivel europeo. Con este documento, publicado recientemente en Circulation, se han podido desvelar los principales factores de riesgo de una patología que en España registra 47 casos nuevos al año. Entre los antecedentes más comunes a su aparición, los autores del registro han concluido que el factor de riesgo más destacado es haber sufrido previamente una embolia aguda de pulmón, presente en el 75 por ciento de los pacientes.

Miguel Á. Gómez Sánchez.

Seguidamente, el 56 por ciento de los afectados por Hptec habían padecido trombosis venosa profunda, o alguna alteración hematológica que aumenta la coagulabilidad, en el 32 por ciento de casos. También se han postulado como características que predisponen a la patología el haber sido sometido a una esplenectomía (3,4 por ciento) o el presentar historia de cáncer (12,7 por ciento).

Hasta la fecha, España era el único país con una información epidemiológica propia sobre la Hptec. El nuevo registro europeo de Hptec ha analizado durante dos años a 679 pacientes que ingresaron por primera con esta enfermedad.

Dificultad diagnóstica

La mayoría de ellos de los afectados son diagnosticados tardíamente, entre un año y un año y medio después del comienzo de los síntomas. Esto se debe, según los expertos, a una sintomatología difusa caracterizada por dificultad respiratoria, falta de oxígeno, fatiga o dolor torácico, que es común a muchas enfermedades cardiopulmonares.

“Seguimos activos con esta iniciativa europea, recopilando información clínica evolutiva que incluye morbimortalidad a tres años vista. De esta manera, tendremos más conocimiento sobre la Hptec para saber cómo es la enfermedad en sí, su historia natural y su evolución tras los diferentes procedimientos”, indica el actual presidente electo del Grupo de Circulación Pulmonar de la Sociedad Europea de Cardiología, Miguel Ángel Gómez Sánchez.

La Hptec se produce por una oclusión de las arterias pulmonares a causa de trombos organizados en sus paredes. El curso de la enfermedad es progresivo y de mal pronóstico, aunque si el paciente reúne las condiciones para ser operado, sus posibilidades de sobrevivir son del 95,3 por ciento.