Política de cookies

Utilizamos cookies propias y de terceros para recopilar información que ayuda a optimizar su visita. Las cookies no se utilizan para recoger información de carácter personal. Usted puede permitir su uso o rechazarlo, también puede cambiar su configuración siempre que lo desee. Al continuar con la navegación entendemos que se acepta nuestra política de cookies.

¿Quiere recibir Publicación Médica de Neumología en su correo de forma gratuita?
Lunes, 03 de octubre de 2011  |  NÚMERO 56 Acceda a nuestra hemeroteca
ACTUALIDAD
LA CONTAMINACIÓN Y EL TABACO SON LOS PRINCIPALES DESENCADENANTES
El 30 por ciento de las enfermedades infantiles está asociado al medio ambiente
Los efectos de la exposición van desde las malformaciones en el período prenatal hasta el asma infantil o la EPOC en la edad adulta

Redacción. Madrid
En su compromiso a favor de la prevención y la salud respiratoria, la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ) recuerda la importancia de proteger a los más jóvenes de las enfermedades respiratorias que tienen su origen en la contaminación medio ambiental, en concreto en la contaminación del aire debida a gases y partículas emitidas por el transporte y las industrias, pero sobre todo de los efectos nocivos del tabaco.

El desarrollo de los pulmones durante la adolescencia y la
infancia puede alterarse por los factores contaminantes.

Los profesionales de las enfermedades respiratorias creen oportuno hacer este recordatorio porque “los pulmones son un órgano de desarrollo especialmente lento, siguen madurando durante la etapa infantil y la adolescencia y por eso es uno de los órganos más afectados por la exposición a la contaminación”. Como explica Juan Ruiz Manzano, presidente de Separ, “los pulmones no están desarrollados al nacer, ni siquiera en un niño de 8 años, sino que se desarrollan hasta alrededor de los 18 años”. Es por este desarrollo a lo largo de la infancia y la adolescencia, que la salud de este órgano puede verse especialmente alterada por los factores contaminantes del aire con efectos que pueden desembocar en enfermedades respiratorias crónicas en la edad adulta. Los efectos de la exposición van desde las malformaciones en el período prenatal hasta el asma infantil o la obstrucción pulmonar crónica en la edad adulta.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 30 por ciento de las enfermedades infantiles está asociado al medio ambiente. En los países desarrollados los dos principales factores desencadenantes son la contaminación atmosférica y el tabaco, ya sea por consumo propio o por consumo de los padres.

Numerosos estudios han mostrado los efectos del tabaco en los hijos de madres fumadoras. Así, la talla y el peso de los bebés de madres fumadoras persistentes es menor que en los bebés de madres no fumadoras. Del mismo modo, los niños que sufren exposición pre y post natal al tabaco tienen mayor riesgo de sufrir infecciones respiratorias en los primeros años de vida y de ser diagnosticados de asma.

Por otro lado, los neumólogos también muestran su preocupación por la edad de inicio del consumo de tabaco, que en nuestro país se sitúa en los 13 años. Tal y como puntualiza Eusebi Chiner, secretario general de Separ, “a los 13 años se prueba el tabaco, a los 14 se fuma a diario y entre los 18 y los 29 es cuando se condensa la mayor franja de fumadores, un 33,7 por ciento”. Chiner recuerda que “la posibilidad de padecer una enfermedad de corazón es proporcional a la cantidad de cigarrillos fumados al día y al número de años en los que se mantiene este hábito nocivo”. Por ello, los jóvenes que comienzan pronto en este hábito, multiplican las posibilidades de desarrollar algún tipo de enfermedad respiratoria, tumor o complicación cardiovascular como adultos.

El otro factor causante de enfermedades respiratorias en la infancia o con secuelas en la edad adulta es la contaminación atmosférica. “Se calcula que un 35 por ciento de la población española respira aire contaminado pero son los dos extremos de la vida, los recién nacidos y las personas más mayores, los más vulnerables al efecto de la contaminación en las ciudades” explica Chiner.

Para ser conscientes de los riesgos que implica la contaminación, Separ recuerda cómo los niños que residen a menos de 300 metros de una autopista tienen un menor desarrollo pulmonar que los que residen a 1.500 metros, a causa de la toxicidad de los motores diesel. La reducción de la función pulmonar infantil es un conocido factor de riesgo en el desarrollo y empeoramiento del asma y el posterior desarrollo de enfermedad de pulmonar obstructiva crónica (EPOC).

Asimismo, los niños y los asmáticos son los más afectados por la exposición a concentraciones de NO2 que se relacionan con enfermedades respiratorias crónicas, el envejecimiento prematuro del pulmón y con la disminución de su capacidad funcional. “Tan importante como el entorno familiar, la escuela es un espacio favorable para concienciar a los niños y niñas de la importancia de conservar la calidad del aire y de explicarles que el tabaco es un contaminante más y el más perjudicial para la salud”, afirma Ruiz Manzano.

Separ considera que es importante ofrecer a los escolares la oportunidad de conocer la necesidad de respetar, cuidar y mejorar el aire que nos rodea y al mismo tiempo, mostrarles cómo su salud se ve seriamente afectada por la calidad del aire que respiramos. En este sentido, pone a disposición de todos los docentes y de los padres tres unidades didácticas dedicadas a la calidad del aire y la salud respiratoria que pueden encontrarse en la web www.elaireesnuestro.com.

© 2004 - 2024 Sanitaria 2000, S.L.U. - Todos los derechos reservados.   |  QUIÉNES SOMOS  |  SUSCRIPCIÓN