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Miércoles, 17 de febrero de 2016  |  NÚMERO 79 Acceda a nuestra hemeroteca
LOS FUMADORES ESTÁN DE BAJA 11 DÍAS, FRENTE A 7 DE LOS NO FUMADORES
Dejar de fumar aumenta la productividad laboral un 4,5%
El promedio de costes indirectos en no fumadores es de 1.434 euros y de 2.253 en fumadores
Redacción. Madrid
El consumo de tabaco produce enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares, respiratorias y diferentes cánceres. Las personas que fuman tienen peor salud que los no fumadores y presentan una mayor susceptibilidad a las infecciones de vías respiratorias altas y a la gripe. En consecuencia, la morbilidad ocasionada por el tabaquismo genera un incremento del coste sanitario, ya que supone un mayor uso de recursos sanitarios.

Isabel Nerín. Foto: SIEM.

En este sentido, los pacientes con hábito tabáquico presentan mayores tasas de absentismo laboral, siendo las bajas laborales anuales más frecuentes y más prolongadas en pacientes fumadores que en no fumadores. “En pacientes exfumadores, tras el primer año después de dejar de fumar, se ha comprobado un aumento de la productividad laboral de un 4,5 por ciento, respecto a los trabajadores que continúan fumando. Dicha productividad crece con el tiempo hacia valores observados en trabajadores no fumadores”, explica Isabel Nerín, miembro del Área de Tabaquismo de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ) y firmante del estudio ‘Costes derivados del uso de servicios sanitarios y bajas laborales en pacientes fumadores: estudio en una comunidad urbana’, publicado recientemente en Archivos de Bronconeumología.

Según los últimos datos publicados la prevalencia del tabaquismo en España es del 24 por ciento en mayores de 15 años. Sin embargo, el consumo de cigarrillos no afecta solamente a los trabajadores fumadores. El tabaco también produce serias consecuencias en las personas no fumadoras que inhalan pasivamente el humo, y aunque son difíciles de estimar en términos económicos, pueden incrementar los coses del tabaquismo hasta en un 15 por ciento, en función de las medidas reguladoras establecidas en cada país. “Nuestro estudio muestra que el coste sanitario anual en fumadores es de 848,64 euros y de 474,71 euros en no fumadores, lo que supone un sobrecoste del 44 por ciento”, asegura Nerín.

El sobrecoste generado por los pacientes fumadores está directamente relacionado con la mayor utilización de los servicios sanitarios evaluados, el mayor consumo de fármacos de uso crónico y con el incremento de los días de baja laboral por incapacidad temporal. “El hecho de ser fumador incrementa más del doble la probabilidad de ser una persona de elevado coste sanitario. Los resultados obtenidos indican que en pacientes no fumadores la media de días de baja laboral por incapacidad temporal se sitúa en 7, mientras que en pacientes fumadores es de 11”, añade.

Ser fumador duplica la probabilidad de ser una persona de elevado coste sanitario
Los pacientes exfumadores pueden generar más gasto sanitario que los no fumadores en los primeros cuatro años después de la cesación. Estudios publicados demuestran que los pacientes exfumadores de menos de tres años suponen un 46 por ciento más de gasto de hospitalización. Los de 3-15 años un 22 por ciento y a partir de los 15 años el coste es similar a los que nunca han fumado.

En relación a los costes indirectos, hay una evidencia consistente de que el tabaquismo incrementa tanto el riesgo como la duración del absentismo laboral. El estudio revela que el coste anual por incapacidad temporal y pérdida de productividad es de 2.253,90 euros en fumadores y de 1.434,90 euros en no fumadores, lo que supone una pérdida 819,60 euros por fumadores. “En el ámbito laboral, se deberían promover políticas y programas orientados a los trabajadores para fomentar el cese del hábito tabáquico, ya que supondría un ahorro económico y una importante mejora de la productividad laboral”, afirma Nerín.

En España, a pesar de las medidas puestas en marcha en los últimos años, una de cada siete muertes ocurridas al año en individuos mayores de 35 años es atribuible al consumo de tabaco. La financiación pública del tratamiento del tabaquismo puede ser una medida para contribuir a medio plazo en la reducción de costes sanitarios y sociales relacionados con el tabaco. “Es necesario que la prevención y el tratamiento del tabaco sean prioridad dentro de las políticas sanitarias para contribuir así a la contención del sobre coste sanitario y social que supone el consumo de tabaco a lo largo de la vida”, concluye Inmaculada Alfageme, presidenta de Separ.

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