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11º ENCUENTRO GLOBAL DE NEUMOLOGÍA |
PEDRO LLORENTE NIEGA QUE LA FACTURA INFORMATIVA SEA “LA ANTESALA DEL COPAGO” | ||||
Adolfo Baloira: “Un copago bien planteado sería una opción razonable” | ||||
Los ponentes coinciden en que la calidad es clave en tiempos de crisis y en que hay que pasar de evaluar la efectividad a la eficiencia | ||||
S. Melgarejo y E. Fariña / Imagen: M. Á. Escobar y D. S. Villasante. Sigüenza (Guadalajara) La calidad es clave en tiempos de crisis
“Hacer lo correcto correctamente”. Esta es la definición de calidad en la que han coincidido los ponentes de la mesa dedicada a la calidad asistencial, moderada por Ramón Agüero Balbín, neumólogo del Hospital Marqués de Valdecilla de Santander. “La mejor forma de ahorrar es hacer las cosas con calidad, porque la calidad no es cara”, ha afirmado Juan José Soler Cataluña, neumólogo del Hospital de Requena (Valencia), quien ha añadido que la calidad “se puede medir y mejorar, y mejora la productividad”. No obstante, el neumólogo ha señalado que “hay una enorme variabilidad y es necesario detectarla, valorar las causas y proponer mejoras orientadas hacia los estándares de calidad”. Según ha detallado Soler, “se debe medir la estructura, que es necesaria, pero no garantiza la calidad; el proceso, que está íntimamente relacionado con los resultados, y el resultado: los cambios en la salud y la satisfacción del paciente. El ciclo de mejora es continuo y la clave está en una buena planificación estratégica”. “Tenemos que ir hacia un modelo de calidad total que sea prioritario aún en tiempos de crisis”, ha añadido. En la misma línea se ha mostrado Joaquín Estévez Lucas, secretario general de la Fundación Ad-Qualitatem, para quien la calidad es “una obligación legal, ética y económica, y una exigencia social”, además de “un requisito necesario en un momento tan competitivo y una buena herramienta para salir de la crisis”. “La calidad puede ser una herramienta de gestión que aglutine intereses del profesional clínico y del directivo de la salud”, ha asegurado, al tiempo que ha recomendado que “en un momento como este de mayor abundancia de demandas judiciales e informaciones negativas, trabajar con un sistema acreditado de calidad es una ventaja de defensa legal”. “Un sistema de gestión de calidad tiene que estar coordinado por expertos, pero diseñado por los profesionales que trabajan en el área sanitaria. Por eso es importante que las sociedades científicas desarrollen unos estándares de calidad para la práctica clínica de su especialidad, con estándares sanitarios conocidos y asumidos”, ha detallado Estévez. De la efectividad a la eficiencia
“Con una deuda sanitaria de más de 15.000 millones de euros, los recortes que ya están ahí y los que van a venir, una cosa es temer que el sistema no puede mantenerse y otra, dejar de creer en el sistema”. Así ha comenzado Miguel Perpiñá Tordera, neumólogo del Hospital La Fe de Valencia, su intervención en la mesa sobre decisores en asistencia sanitaria. En su opinión, el médico no debe limitarse a ver si el tratamiento es efectivo, sino que debe “valorar la eficiencia”. “A los clínicos nunca les ha gustado hablar de aspectos económicos, pero hay que replantearlo, porque ¿es insensato que un médico sepa cuánto y cómo se gasta el dinero en su servicio, que sepa en qué gasta en exceso y dónde podría gastar mejor?”, ha planteado. Según Perpiñá, “la ética médica exige considerar el coste de oportunidad en las decisiones diagnósticas y terapéuticas, y el despilfarro y la ineficiencia son éticamente rechazables”. Así, sostiene que “el médico tiene mucho que decir sobre asignación de recursos y quien no le tenga en cuenta cae en un error enorme”, y defiende que “la adopción del criterio de eficiencia no significa una pérdida de la libertad clínica”. En este sentido, Francisco Casas Maldonado, presidente de la Asociación de Neumología y Cirugía Torácica del Sur (Neumosur), ha comentado que “las sociedades científicas deben tener un papel activo en la promoción de proyectos de investigación en resultados de salud”. Asimismo, ha destacado que estas entidades juegan un papel importante “en identificar las principales áreas de incertidumbre donde es preciso concentrar los esfuerzos en la investigación y comunicárselo así a la Administración; en elaborar guías de práctica clínica y adaptar las internacionales; y en elaborar los estándares de calidad asistencial y tiempos mínimos para los diferentes procedimientos neumológicos para desarrollar unidades de gestión clínica y proveer una serie de información a decisores políticos sobre estrategias desde el punto de vista de los clínicos”. Por último, Fernando Carrillo Arias, gerente del Hospital Carlos III de Madrid, también ha afirmado que los médicos han de ser “los grandes decisores en el empleo de recursos” y que tienen que “saber de costes para poder pedir”. “Los paradigmas en la gestión están cambiando y, aunque el cambio lo tiene que liderar la Administración, tiene que ser asumido por los profesionales”, ha indicado. Carrillo ha destacado que es necesario evaluar la incorporación y el uso de tecnologías, y mejorar el rendimiento y la productividad de los recursos humanos, dado que, entre otras cosas, “el médico dedica a la actividad asistencial el 50 por ciento de su tiempo y solo es efectivo el 60 por ciento, unas dos horas”. Es pronto para valorar si la ley antitabaco mejora la salud
En el encuentro de neumólogos también se ha analizado la nueva ley de tabaquismo, en una mesa en la que se cuestionado si era “imprescindible”, moderada por Salvador Bello, jefe del Servicio de Neumología del Hospital Miguel Servet de Zaragoza. A favor de esta nueva normativa se ha mostrado Carlos Jiménez Ruiz, coordinador del Área de Tabaquismo de la Separ y director de la Unidad Especializada de Tabaquismo de la Comunidad de Madrid. Jiménez Ruiz ha analizado los datos de prevalencia y de mortalidad relacionados con el tabaquismo y ha recordado que la Separ ha jugado un papel muy importante a la hora de demostrar que la normativa vigente desde 2005 era “ineficaz”. “Era la ley que las multinacionales tabaqueras estaban defendiendo porque les convenía”, ha dicho. En su opinión, los cambios sufridos en la normativa de 2011 no están suponiendo “malos efectos en cuanto a la pérdida de empleo en el sector de la hostelería”, mientras que “todavía es pronto para valorar si está produciendo beneficios en la salud de los ciudadanos”. Por el contrario, ha considerado que la nueva ley no era necesaria José Eugenio Arias, propietario del Asador Guadalmina de Marbella, quien ha sido multado por la Junta de Andalucía por colocar un cartel en el que decía que en su establecimiento estaba permitido fumar. También ha opinado que no era necesaria la nueva ley Jesús Sánchez Martos, catedrático de Educación para la Salud, quien se ha mostrado más partidario de otras medidas, como la regulación de la publicidad o las ayudas a los fumadores para dejar el tabaco. |